El rol de las cooperativas argentinas, los potenciales negocios con la exportación de maíz y las ventas externas de productos del complejo oleaginoso, fueron abordadas por un periodista especializado, un directivo de una asociación de cadena de valor y un empresario aceitero.

Valor agregado a escala

El Ing. Agr. Javier Preciado Patiño, Director del Semanario Infocampo, aseguró que las cooperativas argentinas también tienen posibilidades comerciales -en su escala- con los países asiáticos.

Explicó que “la producción de uvas en San Juan incrementó 16 veces la exportación de pasas en los últimos 10 años, teniendo como uno de sus destinos Asia. La reconversión económica fue sumar a la producción de uvas, la comercialización de las pasas de uvas”.

Otro caso, es el de la exportación de cerezas. “En Chubut, se incrementó un 800 por ciento la tasa de expansión en la producción. Los propios productores de Gaiman, con su cooperativa, son los que se encargan de exportar a Europa y a algunos lugares de Asia”.

También la cooperativa de James Craik en Córdoba, tuvo una fuerte expansión de su actividad láctea. “La leche en polvo es uno de los productos en el que más se evidenció el aumento de exportación hacia China”.

Para concluir, consideró que “estos casos demuestran el rol de las entidades intermedias con el sector financiero, con el Estado asistiendo a cada sector, y fundamentalmente, el efecto multiplicador en las comunidades de la región”.

Reglas claras para el maíz y sus derivados

Martín Fraguío, Director Ejecutivo de la Asociación del Maíz y Sorgo Argentinos, MAIZAR, destacó que hace 10 años, “la cadena de valor del maíz comenzó a crecer junto con la de la soja”. Vale aclarar que no solo se refiere al maíz sino también “a sus derivados, producción animal y bioenergía”. Esta visión de la cadena de valor “arranca con el desarrollo científico, los insumos, la producción y la transformación”.

En China, el área cosechada de maíz aumentó generando rindes importantes, mientras las exportaciones de la región vienen bajando aún con mas producción. ”Hoy nuestro desafío es generar reglas claras con políticas que faciliten la producción, el vínculo comercial y el acceso a los mercados -concluyó-”.

Oleaginosas: Perspectivas y desafíos para la región

El Ing. Agr. Carlos Guillermo Heberle, miembro del Departamento de Comercio de Aceitera General Deheza, señaló que Asia representa el 70 por ciento de la demanda mundial de los tres principales productos del sector sojero: poroto, harina y aceite, precisando que “un 30 por ciento corresponde al aceite de soja y un 17 por ciento a la harina de soja”.

China importó 10 millones de toneladas de poroto de soja en los últimos 4 años. Vietnam, Tailandia, Corea del Sur y Japón, compran harina de soja y muestran un consumo estable. En tanto, la demanda de aceite de soja es variable en China e India, debido a que se puede sustituir por aceite de palma, colza o girasol, cuyas producciones regionales son muy altas.

“La Argentina tiene una importancia creciente en las importaciones asiáticas de aceite y harina, y decreciente respecto del poroto de soja. Por su parte, Asia es un destino importante para el poroto de soja, concentrando el 80 por ciento de las exportaciones argentinas, el 40 por ciento de aceite y el 10 por ciento de harina de soja -dijo-”.

Señaló que de acuerdo con estadísticas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, “la proyección de las importaciones de harina para 2020 pueden crecer de 12 a 16 millones de toneladas, y en lo que respecta a las exportaciones de aceite, no se espera un crecimiento en las próximas dos décadas”.

Citó también que el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI), estimó que “para 2020, el área sojera argentina puede crecer un 10 por ciento y el rendimiento un 13 por ciento, llegando a los 65 millones de toneladas. Esto supone una adopción creciente de la tecnología, mejorar el uso de semillas adecuadas para cada región, de logística interna y portuaria”.

Por otra parte, las estimaciones del INAI para las exportaciones de harina de soja, revelan un crecimiento de entre el 20 y el 25 por ciento para abastecer a estos destinos. En tanto, el aceite de soja, tendría alguna posibilidad de participación en los mercados de China e India, específicamente.

La asignatura pendiente se enmarca en el ámbito de las negociaciones. Estados Unidos y Canadá están en tratativas para cerrar acuerdos comerciales con el bloque asiático, con lo cual, ya cuentan con ventaja para acceder a este mercado, respecto de los otros países que integran el mundo sojero, -como Brasil, Argentina y Paraguay- que verán sus posibilidades reducidas, si no actúan a tiempo.

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