Y Fue Todo Una Fiesta

Del 4 al 7 de septiembre la FAUBA organizó la Semana de la Agronomía. Cerca de 2000 estudiantes secundarios provenientes de 58 escuelas de Capital Federal y Gran Buenos Aires visitaron nuestra institución.

Dentro de una carpa ubicada en el Pabellón Central, se situaron 12 mesas demostrativas y 10 mesas institucionales, donde se expusieron las diferentes carreras que posee la FAUBA.

El evento fue declarado de “Interés Educativo” por el Ministerio de Educación de la Nación, el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y la Dirección de Educación de la Provincia de Buenos Aires.

“Abrir las puertas a los colegios secundarios es educativo internamente tanto para la comunidad FAUBA como para las escuelas que nos visitaron”, expresó Pedro Tognetti, Subsecretario de Vinculación con el CBC y las Escuelas de Educación Media.

Esta es la crónica de un día en la Semana de la Agronomía.

A las nueve de la mañana abrió sus puertas. Los chicos, con uniforme o guardapolvo, bajaron de combis y colectivos escolares. Sus acompañantes, los profesores, escuchaban las indicaciones de los organizadores mientras ojeaban una carpeta y leían un papel que decía: “Vale por un Ceibo”.

La carpa blanca estaba estratégicamente armada desde el lunes a la tarde. Los espacios se dividieron de manera tal que todos los stands de las diez carreras  y mesas institucionales tuvieron su espacio de demostración. Con mate en mano y algunos bizcochitos dulces, los expositores esperaron la entrada de esos estudiantes adolescentes.

-¡Mirá! ¡Hay un microscopio!- le dijo Sofía a su compañera Laura, mientras tironeaba su brazo derecho. Laura se había quedado casi congelada mirando el plasma que mostraba unos videos institucionales, culturales y de las carreras.

-¡Jardines en las paredes Mauro!

-¡Verticales Fede!- le contestó, tomó un folleto y se acercó a la persona que se sacaba una foto con un sombrero gigante. Todos querían ese retrato.

En el lado derecho de la carpa había otra, más pequeña, llena de máquinas y herramientas agrícolas. Un hombre con bombacha de gaucho y boina azul les explicaba la historia y les mostraba las diferentes funciones a diez alumnos que, agrupados, intentaban levantar los aparatos.

-¡Todos a la charla!-señaló Sandra, la docente del colegio Comercial 15, que quería que los chicos aprendan más sobre las huertas para usarlas como complemento y mejorar la que tienen en su escuela.

Los profesores de la facultad se ocuparon de hacer las charlas instructivamente entretenidas. No faltaron los chistes, las risas, las preguntas tímidas de algunos pocos y el aplauso final.

-¡Arañas gigantes! ¡Allá hay arañas gigantes!-gritó Germán

El año pasado la Semana de la Agronomía empezó a la misma hora. Cerca de mil doscientos estudiantes visitaron la facultad. Ahora, en el cuarto día ya se registraron alrededor de dos mil alumnos. Y no vinieron sólo de Capital, también de Gran Buenos Aires. Uno de los profesores de la Escuela Técnica ORT se acercó a saludar al decano, que miraba detenidamente cómo hacían un experimento en el stand de clonación.

-Rodolfo, lo felicito por esta iniciativa que tomaron en la facultad.

-Gracias, nosotros queremos darle elementos a los chicos para ayudarlos a tomar una decisión. Lo repetimos este año para que interactúen las escuelas y  los estudiantes, y puedan conocerse mutuamente.

A la izquierda del gigante cartel que anunciaba “Semana de la Agronomía” se veía gran multitud de gente que miraba, aplaudía y alentaba: dos juegos tradicionales habían comenzado. En un extremo, el de la herradura, donde los participantes lanzaban unas herraduras de metal en forma de rodaja con una perforación en el centro, sobre una barra clavada en el suelo, buscando insertarlas. Ganaba el que introducía más o quien más se aproximaba a la barra. Y, por el otro, el juego del Pato, conformado por equipos de dos personas (uno que hacía de caballo y otro de jinete) que debían embocar una pelota en un aro vertical colgado desde un árbol.

-¿Qué están haciendo? ¿Hay una feria?- preguntó un hombre morocho, vestido con ropa deportiva, sacándose los auriculares de las orejas.

-Es la Semana de la Agronomía- le contestó Alejandra, una de los organizadoras- Lo hacemos para que la gente, y principalmente los estudiantes secundarios, puedan conocer las distintas carreras que se dictan en la facultad. Pasá, visitá- Y fue interrumpida por una joven desorientada:-¿Dónde está la biblioteca que me dijeron que ya empezó el video?

Cerca del mediodía los estudiantes comenzaron a agruparse y formarse para volver a las combis y colectivos escolares. Sus acompañantes, los profesores, se retiraban con el ceibo en la mano. Sin duda, la Semana de la Agronomía fue toda una fiesta…

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Sobre el autor

Esp. Lic. en Comunicación Social