La fisonomía de la vegetación y el análisis de la heterogeneidad
regional
La
vegetación es un componente muy importante para la caracterización del paisaje
de una región. Su descripción incluye dos aspectos: el florístico y el fisonómico.
La descripción florística involucra el relevamiento completo de las especies
presentes y la identificación de comunidades vegetales o unidades florísticas
definidas a partir de un arreglo particular de especies. La fisonomía de la
vegetación se define por la proporción en que cada forma de vida contribuye a
la comunidad vegetal. Esta definición de la estructura, de menor detalle
conceptual que la florística es, en muchas ocasiones, suficiente para describir
a nivel regional la heterogeneidad de la vegetación. Así, por ejemplo, se puede
hablar de fisonomía de bosque cuando la proporción de fanerófitas supera a la
de las demás formas
de vida. También la cobertura, la estratificación y las
características del follaje (tipo,
tamaño y forma de las hojas) de las formas de vida dominantes contribuyen a
definir la fisonomía de la vegetación de una región. Las características del
follaje pueden resumirse en lo que se denomina función. Por la función el
follaje puede ser: caducifolio, perennifolio, suculento o áfilo.
Las
características enunciadas dependen en mayor o menor grado del tipo de clima
dominante y en este sentido, la fisonomía constituye un indicador del clima de
una región. Una fisonomía de selva siempre verde de hojas anchas está
determinada por un clima lluvioso, con temperatura elevada y uniforme a lo
largo del año, y sin heladas (por ejemplo, la Yunga boliviana). En cambio, una estepa arbustiva con escasa cobertura
corresponde a un clima generalmente continental, con escasas precipitaciones
que ocurren en forma de lluvias torrenciales, con gran amplitud térmica diaria
y con vientos secos que determinan un déficit hídrico casi constante. Ejemplo
de esta situación es la vegetación denominada “monte” en las provincias de Río
Negro, Mendoza, San Juan y La Rioja. Al estar determinada por el clima, la
fisonomía de la vegetación suele correlacionarse también con la topografía de una región. Por
ejemplo, las elevaciones del Aconquija
y del Ambato en Tucumán y Catamarca, determinan altas precipitaciones en
sus estribaciones orientales. Esto posibilita que en estas laderas haya selvas
y bosque siempreverdes, que contrastan con los bosques de xerófitas o
las estepas arbustivas que hay en el pedemonte.
La fisonomía de las comunidades de un
área condiciona la existencia de las
comunidades animales. Muchas especies de animales son específicas en
cuanto a sus condiciones de habitat y
este habitat está frecuentemente asociado con la vegetación. Por ejemplo, en el
sudeste de América del Norte, el pájaro carpintero de cabeza colorada, que
nidifica en los troncos de Pinus
palustris, está en peligro de extinción debido al reemplazo de las sabanas
dominadas por dicha especie, por bosques secundarios, plantaciones de árboles, cultivos agrícolas o urbanizaciones.
El estudio de la fisonomía de la
vegetación es una herramienta útil y primaria para diferenciar grandes ambientes ecológicos. Ecosistemas similares
en fisonomía y función se denominan biomas. Los principales biomas del territorio
argentino son: desierto,
pastizal, sabana y bosque. Dentro de cada bioma pueden
distinguirse generalmente unidades menores más uniformes en su fisonomía, que
se denominan tipos de vegetación. Los tipos de vegetación y los biomas se
definen a partir de atributos tales como las formas de vida dominantes, la cobertura, la estratificación,
el tamaño y función de las hojas, etc.
Distribución de los tipos de
vegetación en relación con el clima
(FAO 1986 Datos Agroclimáticos para
América Latina y el Caribe)
Las
condiciones climáticas de distintas localidades se pueden representar de manera
muy resumida mediante la temperatura media y la precipitación anual. En función
de estas variables se puede obtener un gráfico que representa la distribución
de los tipos de vegetación en relación con el clima (ver figura). El reemplazo
entre tipos de vegetación es gradual y, por lo tanto, no se pueden establecer
límites netos entre los climas asociados con cada tipo. Sin embargo, resulta
notorio que en ambientes semejantes de distintos continentes las formas de vida
dominantes son las mismas y que, en general, en el gradiente hacia condiciones
más favorables aumenta la complejidad fisonómica: mayor número de formas de
vida ordenadas en mayor número de estratos más altos y con mayor cobertura del
suelo.
Los
gráficos de este tipo constituyen una considerable simplificación ya que no
consideran aspectos del clima, como la estacionalidad de las precipitaciones y
la amplitud térmica, que son importantes determinantes de la estructura de la
vegetación. Por otra parte, la correspondencia entre clima y tipo de vegetación
no es perfecta. En algunos ambientes, factores tales como las características
edáficas o la exposición a fuegos frecuentes determinan cual será el
predominante entre dos tipos de vegetación adaptados a características
climáticas semejantes.
Referencias
Figura
1. Selva subtropical y bosque templado
1.1 El Bolsón, Ushuaia, El Turbio, Bariloche
1.2 Jujuy, Tucumán
1.3 Iguazú
1.4 Puerto Montt, Puerto Aysen
2. Pastizal (praderas y estepas
graminosas)
2.1 Esquel, Río
Gallegos, Río Grande
2.2 Dolores,
Pehuajó, Villa Unión, Barrow
2.3 Bage,
Uruguaiana
3.
Bosque xérico, sabana y parque
Salta, Corrientes, Añatuya, Villa Dolores,
Santa Rosa, Las Lomitas
4. Estepa arbustiva alta (matorral)
Jachal, Andalgala, Chilecito, Chepes, Santa
Isabel, San Antonio Oeste, Trelew, General Conesa
5. Estepa arbustiva baja
5.1 Camarones, Comodoro Rivadavia
5.2 Perito Moreno, Gobernador Costa
6.
Semidesierto (estepa arbustiva muy baja y rala)
6.1 La
Quiaca, Puente del Inca
6.2
Gobernador Gregores, Sarmiento, Maquinchao